domingo, 21 de junio de 2009

Sus maldades son tan sutiles que me resulta casi imposible explicarlas, deletrearlas, exponerlas. Él es eso: indescriptible. Porque si uno lo ve por la calle, no se da cuenta de nada. Un tipo común, que no llama la atención, que no tiene nada atractivo o alarmante. Es, a simple vista, un hombre cualquiera. ¡Pero pobre de aquel que se atreva a cruzar el umbral de su apacibilidad! Es sólo mi punto de vista. Quizá lo conocen, lo hayan visto y hasta hablado con él. Un ser perverso, un estafador de la mente. El hombre que amo.
Mi amor atemporal. Por momentos olvido el presente, que él es un tipo despreciable y sólo puedo recordar cómo era, cómo me trataba, cómo me quería. Mezclo personalidades, momentos, tiempos. Sin poder distinguir lo que fue y dejó de ser, de lo que nunca será.
Tengo admirable capacidad de borrar lo malo y recordar los momentos gratos. Así, aun después de escribir atrocidades acerca de él, puedo llamarlo por teléfono y hablar como si nada, con voz de enamorada y suspiros cariñosos. Si, es lamentable. Por eso me costó tanto despegarme de él, por eso escribo: no quiero olvidar...

2 comentarios:

  1. Excelente!!en pocas palabras se puede resumir lo que viviste amiguita!!te kiero muchooo!!

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  2. ABZURDAAAAAAAAAAHHHHH JAJAJA
    CARLU TE EXTRAÑOO

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