Siempre intenté hacer de mi vida una novela romántica, heroica, tal como Romeo y Julieta, pero sólo logré una versión desmejorada, más trágica. Mi (intento de) vida no tuvo el mismo “fascinante” final. Nadie me amó lo suficiente como para entregar todo por mí. No existía Romeo, pero aún así, yo (te) imaginaba.
Moría de amor (aquel que NO sentías por mí, y yo sí MUCHO por vos) cuando me besabas. No por el beso en sí, (a decir verdad era un mar de saliva en tiempos de tormenta), sino porque cuando mis inexpertos labios rozaban los tuyos, sentía que el tiempo se detenía, que la luz se apagaba y, de repente, éramos sólo VOS y yo. Me olvidaba de mi vida, y de los problemas que implicaban seguir en ella. Sin embargo, aún busco el sentido de haber tenido sexo sin-sentir ¿Cuál era TU gracia? ¿No te aburría degustar siempre la misma carne en mal estado? Me parece absurdo, y grotesco, recordarte rezando por mí (virgen ingenua), adornándome de flores con único fin de quitarme la virginidad, mi pureza. ¿Te sentías poderoso sustrayendo lo único bueno que tenía dentro, verdad? ¡¿Qué crueldad es esa?! (Típica de un inhumano como vos) Hacerse pasar por Dios, sólo para que Yo, Srta. IDIOTA, bebiera tu sangre. Okey. Tal vez, hubiera sido más sabroso el vino. O quizás, habría sido menos traumático si me hubieses dicho que no eras Dios.
(·un poco trágico para mi gusto; pero en fin... así más o menos se siente...)
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