miércoles, 16 de septiembre de 2009

· De tal palo... ?¿

No sé por qué soy tan soñadora. No sé por qué me apasionan tanto las historias de amor. Tampoco sé por qué a cada una de mis "historias" amorosas trato de darles el toque mágico al estilo CUENTO DE HADAS. No me basta con que él sea un chongo de garchs and goes seguros. ¡No! Tenía que ser MI PRINCIPE. Tampoco acepté que sea la típica de "la que se garcha al supervisor/jefe/lo que sea". ¡De ninguna manera! No acepto las cosas meramente sexuales. Yo en cambio prefería vivirlo como una novela romántica en donde el jefe se enamora perdidamente de la telefonista tímida, callada, que tiene aspecto naif y que se sonroja todo el tiempo. Cambia mucho al cosa ahí, ¿no?
Quizá esto venga desde la cuna; o incluso desde mi concepción. Osea, soy fruto de una historia digna de ser adaptada para una novela de las 3 de la tarde. ¡Como no iba a salir asi la chica entonces!
Soy hija de una mujer que vivió durante años locamente enamorada de un chaboncito común, pero él nunca le dio bola; y encima se paseaba con sus mujeres adelante suyo. Ella era igual que yo, soñaba con el hombre de su vida, con el padre de sus hijos. Era la típica chica pobre, que viene desde el campo a buscar trabajo a la ciudad. No tenía padres, solamente tenía hermanos, muchos hermanos.
Pobrecita Blanquita. Si hubiese sabido que ese chaboncito iba a terminar siendo el padre de sus (hermosos) hijos, ¡Tantas lágrimas te hubieses ahorrado!
Igual, este final felíz, ella se lo tenía muy bien merecido. Según lo que me cuentan algunos testigos de esta historia, mi mamá siguió a sus sentimientos, y por más que sufrió, nunca dejó de amarlo.
Lo mejor de todo esto es que varias veces escuché a mi papá decir que ella es LA MEJOR MUJER QUE CONOCIO EN SU VIDA. No podría haberse escrito un mejor final. (En serio)


Desde que me contaron la historia de mis papás, supuse que por ser (otra vez) "fruto de una historia digna de ser adaptada para una novela de las 3 de la tarde", mi vida amorosa iba a ser tan linda de contar como aquella.
Buena desilusión me estoy llevando. Si la vida me hubiese querido regalar un amor igual de telenovelesco como el de mis papás (de mi mamá más que nada) en este momento me encontraría felízmente con el hombre de mi vida, con el príncipe que me rescata de la abrumada vida que llevo hasta ahora, que llega con el caballo blanco, y bla bla bla. (podría seguir flasheándola renglones más). Pero no. La vida se está empeñando en mostrarme la realidad. Quizá quiere que tenga otro papel en el cuento. En vez de ser la princesita linda, tal vez tenga que ser la bruja, la madrastra, la hermanastra, la sirvienta, o capaz ni eso y sea solamente un extra... =| Todo es válido. Por lo menos seguiría viviendo en mi cuentito de hadas.


Che, y al final sí se por que carajo soy tan soñadora...

2 comentarios:

  1. la cruel realidad es que todas tenemos una parte de soñadoras con ese cuento de hadas que la chica encuentra a su príncipe azul, qudate tranquila amiga!

    te amo :)
    y yo también te banco!!

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  2. Muchas veces me siento igual que vos pero siempre saco una conclusion: prefiero ser la que busca el principe sin importar cuantas lagrimas derrame.. al final, todo vuelve (no importa cual sea su forma). Y si uno pelea por lo que realmente quiere, más aún. Un beso y muy linda la historia de tus papas:)

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